Han sido días oscuros. Cuando personas a las que amas sufren por la perdida de un ser querido, parece que empezamos a reposar lo vivido, lo anhelado y lo ponemos en la balanza. Se transmite entre todos una lealtad inquebrantable, rompiendo las barreras habituales en las relaciones. Son momentos duros, pero son importantes.
Me duele demasiado la falsa hipocresía de la Iglesia que predica el amor entre los prójimos cristianos, que alaba la labor de Jesús entre los mas pobres, y cuyos representantes en los momentos mas duros en la vida de muchas personas ni siquiera se acercan a ti para darte un abrazo, un poco de aliento. Restituir el ánimo o la ilusión de aquellas personas que creen en una vida tras el paso por el mundo.
No pertenezco a su grupo, no creo en ninguna mensaje divino, pero me gusta respetar a quien así lo cree. no tolero en absoluto la fría hipocresía de los que dicen vivir por los necesitados, pero leen el Evangelio de San a 5 metros de los familiares y amigos, desde su púlpito. Mientras el cuerpo aún forma parte de este mundo, cuando lo incineren debe retorcerse en su caja con la última mentira que le despide.
Iros con vuestro mensaje, dejarnos nuestro dolor en paz.
Besos, Julia.