Para cuando la revolución

Estos días en Madrid estamos viviendo una pequeña revolución. Parece que han saltado las cuerdas que nos amarraban a la comodidad de lo cotidiano. El colmo ha llegado en forma de parquimetro. Anda la gente muy decepcionada con la clase política, y caminan así con razón. Cada vez mas alejados de los que conformamos el día a día y mas cercanos a los que mandan el mundo, nuestros políticos se reparten el pastel a base de exprimir a los que representan.
En barrios de tradición humilde, con una base social muy deteriorada, barrios abandonados cuando se habla de Sanidad o de instalaciones culturales, donde las bibliotecas desaparecen y crecen los edificios desiertos, han decidido que el control de aparcamiento es un servicio imprescindible para los que allí habitamos.

Ha sido la punta del iceberg, la gente ha estallado y se ha echado a las calles. Hasta los mas mayores se han avalanzado sobre los parquimetros que pedían a gritos ser trasladados a La Moraleja. Como siempre hace falta un gran cumulo de causas para que se despierte la conciencia colectiva que existe entre nosotros y cuando lo hace es un placer verla en acción.
Niños, jovenes, padres, parejas de 80 años. Todos juntos clamando por justicia social, exigiendo el derecho de cambiar un pequeño rincón del sistema, de cambiar un poco las cosas para que ses reparta lo que nos corresponde. En definitiva cuadrando las cuentas.

Sólo necesitamos caminar mas y mantenernos despiertos alerta, una revolución cultural. Nos dan una opción que es votar a opciones que no nos identifican. Pobre opción ¿Democracía?, sabemos quienes mandan de verdad, no los elegimos pero hemos conquistado el poder para fastidiarlos, así que ¿por que no usarlo?. Acordaros de esto en el 2007.



un fuerte abrazo, salud y ánimo para todos aquellos que siguen creyendo en la posibilidad de un mundo justo.